domingo, 17 de agosto de 2008

ELECTION 1 Y 2



(E)Lección de cine.

Cuando los planos de una película se combinan como si crearan compases musicales, con melodías, contrapuntos y juegos rítmicos entre las notas. Cuando las tomas se pegan entre si como si fuera un ballet armonioso y bello. Cuando estas notas no desentonan nunca; ninguna sobra, ninguna falta. Cuando nunca se da un paso en falso. Cuando ocurre todo esto en una película, se dice que quien dirige la batuta es un autentico maestro de cine. Johnny To lo es.
En la era en donde ya casi no existen los grandes narradores cinematográficos ni los grandes contadores de historias. Donde la herencia clásica de John Ford, Nicholas Ray, Alfred Hitchcock, Fritz Lang, Howard Hawks parece perdida o, peor aun, aggiornada a los tiempos que corren, se dice que el cine tiende a desaparecer. Solo se nombra a Clint Eastwood como estoico sobreviviente. En Hong Kong, un hombre se cría viendo cine norteamericano y fundamentalmente, lo entiende y sabe crearlo. Este hombre de Hong Kong sabe que la narración, la historia, esta en primer plano, que el autor cinematográfico es el ser esquivo entre las sombras. Y desde allí, silencioso, arma su ballet de planos, su obra maestra.
Nunca será evidente, Howard Hawks nunca lo fue y allí, Rivette lo dijo claramente, residía su genio. Alfred Hitchcock también se escondía en las sombra porque allí estaba su fuerza creadora. Johnny To es el más grande heredero contemporáneo de Hawks y Hitchcock. Ya sea en comedias, dramas románticos, policiales de acción, films de mafiosos, cine fantástico, o westerns (en las dos partes de Election vemos duelos callejeros propios del mejor Sergio Leone). El amigo oriental, diría Wim Wenders.
Nadie en el cine actual mueve la cámara de mejor y más justa forma que Johnny To. El hombre que dignificó a la grúa que lleva la cámara (“dolly”) y le dio estatuto de herramienta fundamental de escritura cinematográfica y de puesta en escena.
En los films, la principal familia mafiosa de Hong Kong elige cada dos años a su presidente y le da su bastón de poder, tal vez el McGuffin más importante del cine moderno. Las triadas se preparan frente a cada elección para la guerra. Y la guerra es siempre una cuestión de política y de sangre. Una cabeza de caballo bajo las sabanas en El padrino 2 es un mensaje político. Un hombre pasado por la picadora de carne y dado a comer a los perros en Election 2 también lo es.

ALEJANDRO COZZA

AGREGO ESTE TEXTO PUBLICADO EN LA REVISTA METROPOLIS DEL CINECLUB MUNICIPAL HUGO DEL CARRIL PARA AMPLIAR EL COMENTARIO SOBRE JOHNNIE TO

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