miércoles, 5 de noviembre de 2008

NATURALEZA MUERTA


Las aguas suben turbias.


Seria una alegoría fácil decir que, para Jia Zhang Ke, todo se hunde en la China contemporánea, pero aunque fácil no por ello menos certera. En todo caso habría que empezar a desglosar un poco los términos acuñados e intentar evitar caer en la simplificación.
Empecemos por el “todo se hunde”: El “todo” podría ser entendido como una exageración si lo tomamos literalmente. Porque, lo que muestra en realidad Naturaleza muerta es la desaparición de 19 ciudades y 326 pueblos. Pueblos que quedaran bajo el peso de las aguas por la construcción de la represa de las Tres Gargantas. Naturaleza muerta es la mirada a la contradicción: si bien esta obra faraónica –considerada la represa más grande del mundo- abastecerá de energía eléctrica al gigantesco país oriental, no menos cierto es que para ello se demolerá hasta el último ladrillo donde hasta el momento viven sus habitantes. Aquí reside una de las ideas centrales de la película, la del “espacio”. Los habitantes son trasladados a “nuevos espacios urbanos” como si las personas fuéramos parte de un enorme rompecabezas acomodable sobre cualquier superficie. En este sentido la “espacialidad” es un termino clave en el cine de Jia porque desarrolla cinematográficamente la conflictiva relación de sus personajes con el medio que los contiene. El director entiende que al registrar este proceso de demolición de ciudades se está demoliendo la relación de los hombres con su medio natural, con la urbe que los ve nacer, con el lugar que eligen o les fue elegido para vivir y en donde establecen sus relaciones sociales y laborales. Ya no estar allí, no pertenecer, no poder establecer lazo con el espacio genera una idea de pérdida y de desamparo. El sujeto sin medio es un sujeto errante, a la deriva, perdido, que anda por el mundo en una condición fantasmagórica, es alma en pena que no encuentra medio físico que lo contenga.
Por eso ahora el “todo”, si tomamos esta idea, cobra sentido. No son solo las ciudades; es el pasado del hombre con respecto a su hábitat, es su condición de ser libre para poder elegir el lugar en el que vive, y son los fantasmas de sus relaciones los que se hunden.

La historia de Naturaleza muerta precisamente cuenta eso, la de un hombre que busca una familia que ya no es, a una hija que hace 16 años que no ve y que ya no esta. Paralelamente es también la historia de una mujer que busca a su pareja que la ha abandonado, de un amor que también ya es pasado, que se ha perdido y que el tiempo ha sepultado.
Solo queda esperar que el agua suba, que se finalice la obra, y que las presencias fantasmales se adueñen por completo del espacio divagando sin tiempo. Efectivizar el entierro, observarlo lentamente, como el mismo subir de las aguas.
El “todo se hunde”. ¿Sigue pareciendo una exageración?
Ahora, para seguir desmenuzando la frase, seria bueno mencionar la idea de: ¿Que es lo que entendemos por China Contemporánea? ¿Como la observa desde adentro Jia Zhang Ke? China es el objeto de estudio moral, social, económico, político y estético del cineasta. Lucido observador, coherente intelectual, riguroso artista que entiende que el crecimiento económico desmedido de su país, escondido detrás de la palabra “progreso”, es en realidad, un reacomodamiento fáctico y solo parcial, solo económico, de China en el mundo: el veloz traspaso de Republica comunista a superpotencia capitalista es perdiendo indefectiblemente la dignidad humana de sus habitantes.
Esto se evidencia ya desde la primera obra maestra del director, Pickpocket (1997); en Platform (2000), segundo opus, relataba ese mismo proceso desde su gestación cultural histórica, desde su pasado; en Placeres desconocidos (2002) donde el presente moderno explota rabiosamente en todas sus contradicciones y el desamparo resultante solo deja lugar al dolor de una juventud desconcertada frente a los nuevos “placeres” que vienen de Occidente. Y para salir del dolor lacerante no queda otra que la ironía fría resultante de la paradoja que se vuelve carne en los sujetos con esa apoteosis de la modernización excesiva y sus ridículas practicas que alcanzan en The World (2004) su punto culmine, parque de diversiones que lleva ese mismo nombre y esta ubicado en las afueras de Beijing (si, la Beijing olímpica). Como espectador, uno solo puede reírse de tamaña contradicción. Es la triste sonrisa que queda como catarsis luego de que toda perdida acontece.
Naturaleza muerta en el contexto de la filmografía del realizador, es resumen de todas sus obras anteriores, el cierre más acabado de todas sus tesis previas.

Además de funcionar como contracara perfecta a todo el cine previo que existía en su país antes, la llamada “Quinta generación” de cineastas chinos (con los “famosos” nombres de Zhang Yimou y Chen Kaige a la cabeza) que en la actualidad realizan sus obras cómodamente instalados bajo el ala oficialista, sin cuestionar nada, aceptando todo ese proceso de modernización haciendo vista gorda al drama humano.
Jia Zhang Ke en cambio es el abanderado de la “Sexta generación” (que incluye a otros realizadores importantes como Wang Xiaoshuai, Wang Bing, Lou Ye, Zhang Yan), la nueva y joven, la que mira la realidad con ojos críticos, la que no tiene apoyo oficial ni masivo, la que filma, muchas veces, en la clandestinidad absoluta, y cuyas voces contrarias al régimen suelen ser castigadas con la censura ideológica y con la prohibición de la exhibición comercial de sus filmes.
Pero también es la obra de un cineasta necesario que interpela la realidad desde los mismos márgenes que ella establece, desde los límites entre la realidad y la ficción.

Alejandro Cozza

domingo, 7 de septiembre de 2008

LA RABIA


(TEXTO PUBLICADO EN LA REVISTA "METROPOLIS" DEL CINECLUB MUNICIPAL HUGO DEL CARRIL)

Perro que no ladra, muerde!
Recuerdo una canción que servia como introducción a los títulos de Nacido y criado de Pablo Trapero, dicho sea de paso productor de La Rabia, que dice: sangre/quieta/dura/ tonta/sangre va/lamiendo va la sangre/para el viento/y va la sangre/para suavemente al tiempo/y va sintiendo/el pensamiento/chupa sangre/toma sangre/ama sangre/buena sangre/sin pecado/sangre/sin aliado/sangre. Sólo una asociación libre que se me dispara azarosa al pensar el film de Albertina Carri.
Pasan cosas en el campo argentino, que no necesariamente tiene que ver con la soja y con el lucro, sino con algo un tanto más básico, y no por ello menos acuciante.
Nati es la niña protagonista y observadora que grita pero que de su voz no sale sonido alguno. Nunca hay que fiarse del silencio, allí anida la furia agazapada, presta a saltar y roer el cuello. Nati dibuja, traza a mamá desnuda en la cama con otro hombre que no es papá. El chancho chilla cuando es destripado, al igual que gime mamá cuando esta con ese peón. A Nati solo le queda mirar y callar. Sangre que las venas no contienen. Si el animal anda en pelotas por el campo y muere en su ley, por que la sangre humana no puede correr libre por la tierra. ¿Es eso violencia, o simplemente naturaleza?.
Grito sordo porque el mundo lo es. Ira reprimida que sale de la tripa, humana o animal. Carnicería. Carne y cacería. Desnuda carne. Con la soga al cuello, se arrea al ganado, pero también la correa al cogote de la china puede servir para sadomatizar y dominar.
La honestidad de Albertina Carri tapa toda posibilidad de provocación vacua, de pretensión intelectual, de psicologismo reduccionista, de pose canchera que podría producir su película. Su honestidad al estar por encima de todo transforma a La Rabia en una película justa y necesaria porque injusto es el mundo e innecesarias sus practicas.
Film realista en muchas acepciones cinematografías del término pero que paradójicamente su mayor crudeza emocional proviene de los momentos en donde lo que se cuenta es a través de dibujos y animaciones. Realidad y representación se amalgaman así creando una dialéctica sobredimensionada de la crueldad y de la violencia.

ALEJANDRO COZZA

lunes, 1 de septiembre de 2008

CINE CORDOBES

(TEXTO PUBLICADO EN EL MES DE AGOSTO EN LA REVISTA "NUESTRA MUSICA" DEL CINECLUB LA QUIMERA)

AUTOREPORTAJE
¿Que pienso de la creación del cine en Córdoba? ¡En qué aprieto me ponen!
Lo siento, nada bueno. Es la tercera vez este año que me piden una opinión escrita sobre el tema. Me negué a hacerlo antes por considerar que mi opinión al respecto nunca seria constructiva. Conciente del peligro de todas las generalizaciones que pueden desprenderse de mis palabras decido no seguir esquivando el tema.
Entre cinéfilos cordobeses hay un comentario recurrente, de esos que se dicen en voz baja pero que nunca se gritan. La idea, con más o menos peros, es esta: hay (varios) miles de estudiantes de cine en nuestra ciudad, hay (algunos) espacios de difusión/creación cinematográfica alternativa en Córdoba. Esos “varios” con esos “algunos” (recurro a los anónimos y a la vaguedad adverbial solo por obvia falta de espacio) nuca van de la mano ni se juntan. ¿¡Por qué!?
La respuesta nunca seria concreta porque las fuerzas existentes entre esos “varios” y los “muchos” son múltiples por su propia categoría de adverbios de cantidad indefinidos. Pero se pueden proponer ideas rectoras para generar nuevas líneas de tensión.
¿Un realizador cinematográfico debe ser cinéfilo para hacer cine y tener una obra de calidad a sus espaldas? No, no es necesario. Los casos de cineastas famosos que no son cinéfilos son muchos. Pero pienso en los que si lo son, y caigo en la cuenta que son los que me gustan y me interesan. Con todas las excepciones del caso.
¿Entiendo al cine sin Godard, Truffaut, Rohmer, Varda, Resnais, Chabrol, Rivette? ¿Sin Nouvelle Vague? No, no lo entiendo. ¿Se entiende a la Nouvelle Vague sin Henri Langlois y sin Andre Bazin?. No, no se entiende.
Está demasiado disociado en Córdoba el lugar de creación con el lugar de exhibición y eso no es parra nada bueno ni augura un futuro para nada auspicioso.
¿La culpa es del estudiante/egresado de cine? No, no toda. Aunque su abulia es alarmante.
¿El problema esta en su profesores entonces, en la gente que enseña cine en Córdoba?. Si, es uno de los (tantos) problemas concretos.
¿No es gente calificada? Si, es gente muy calificada probablemente.
¿Es gente a la que le gusta el cine?. No, no suele ser gente a la que le gusta el cine, no es cinéfila para nada. Nunca vi profesores de cine en La Quimera. Me van a responder que lo hacían 15 años atrás. ¿¡¿Porque ahora no?!? No había profesores de cine en la proyección de Historias extraordinarias de Mariano Llinas. ¿Se puede enseñar cine hoy en Argentina sin haber visto Historias extraordinarias, o sin haber visto Belle Toujours en La Quimera o sin conocer a Sarunas Bartas? Si, se puede. ¿Se debe? No, no se debería. Hasta el año pasado yo enseñaba cine sin haber visto estos films y lo hacia igual. Pero ahora estos cineastas me obligan a hacerlo desde un lugar mejor. Lo mismo digo respecto al acto creativo y realizativo.
¿Esos profesores pueden contagiar el amor al cine y lograr que sus alumnos filmes cosas importantes? No, no pueden. De esa ausencia de dinámica nunca saldrá nada bueno, salvo de casualidad. Nunca vi un film hecho en Córdoba que haya significado algo para mí. Solo recuerdo algunas imágenes aisladas (nunca su conjunto) interesantes. Y observé muchos. ¿Puede haber algunos que no conozca y que sean buenos? Es probable.
Hoy todos agarran una cámara y pueden filmar, eso no significa hacer cine, ni tener una mirada. Si los que crean imágenes no tienen mirada. ¿Me interesan entonces los trabajos que ellos realicen en un futuro? No, no me interesan. Filmar el mundo significa comprometerse con él. Hacer cine significa comprometerse con una mirada.
La paradoja es que esta gente de cine sin mirada que no frecuenta los circuitos alternativos de exhibición recurren a ellos para que proyecten sus películas y pretenden que todos vayan a verlas. Los que no ven el mundo quieren que el mundo los vea.
Están apareciendo circuitos alternativos de difusión cinematográfica. No son masivos, pero tienen un público fiel y renovable (nunca gente del medio cinematográfico). Esa gente mirando ya esta haciendo cine y es cuestión de tiempo nomás para que alguno tome un cámara, le pregunte humildemente a otro (a un técnico), como se prende y empiece a filmar el mundo. Eso es hacer cine. Tengo Fe en esa gente. Tengo Fe en ese cine en Córdoba.
No entiendo al acto de filmar disociado del acto de ver, e ir a una multisala a ver películas no es ver. No nos engañemos.

ALEJANDRO COZZA

sábado, 23 de agosto de 2008

domingo, 17 de agosto de 2008

LA LIBERTAD DE SARUNAS BARTAS


Luego del visionado de La Libertad pienso: ¿De que esta hecho el cine de Sharunas Bartas? Y la respuesta que encuentro es, de imágenes.
Una obviedad ya que hablamos de un director de cine, pero en su caso esto se convierte en una revelación y en la esencia de sus films. Y que ocurre con las imágenes entonces en su cine? Se las contempla. Más obviedades. Toda imagen esta hecha para ser contemplada. Pero esto no siempre ocurre. El acto contemplativo de imágenes en Sharunas Bartas alcanza otra dimensión que no alcanza en cualquier creador. Invita a ver de verdad, a ver más.
Arena, pieles secas, para qué lado sopla el viento. Ver huellas… de personas… del tiempo. Gran cineasta del tiempo. En Bartas al tiempo lo observamos, y nos percatamos que el viento, es en realidad tiempo.
Y sobretodo ver miradas. Fijas, hacia la nada, pero fijas. Potentes. Es un cine de acción interior, sostenido solo a partir del peso de la mirada humana que carga de tensión a lo mirado. La de una niña puede provocar un sentido de desolación inmenso. Cuando un ser muere, sus ojos dicen lo mismo que cuando estaba vivo.
Contemplar el entorno natural. Plano General: Naturaleza. Primer plano: Hombre. Pasando de un plano a otro indistintamente se dialoga sobre la relación/tensión entre el hombre y su medio. Los paisajes tienen cualidades humanas; intensos, emocionales, vehementes. Los humanos cualidades propias del paisaje; áridos, secos, estáticos. Los rostros son piedras. A las ropas, los cabellos, los mueve el viento, a las personas no. Las erosiona, como a las rocas. La condición del ser humano en un ambiente natural hostil, como la brisa, como el ruido constante de las olas. Tan hostil como el sol, sin nada que lo detenga, alcanzándolo todo y creando a su paso… sombras. Pero la violencia es del hombre, no de la naturaleza, la naturaleza es implacable, no violenta.
Pensará el lector, que entonces el cine de Sharunas Bartas es como el arte perdido de los cineastas mudos. Si, pero también es limitada la respuesta, porque Bartas obliga a escuchar mejor. Por más que los personajes en su cine prácticamente no produzcan discurso alguno, Si no dicen es porque el mar dice por ellos. Las pocas palabras son piedras arrojadas al viento, que las desparrama por ahí, como a la arena. Así, hablan los silencios, y cuánto! Hay sonidos espeluznantes, como el aletear de las moscas antes de posarse sobre un rostro.
Así, una caricia entre tanto laconismo puede provocar lágrimas. Alivio… respiro… dos cuerpos al fin, se tocan lentamente. ¿Significara que en ese momento, el cine de Sharunas Bartas al fin cree en algo? ¿Vislumbra acaso, esperanza en la humanidad? ¿Nombrándolo? ¿Cree en Dios? ¿En religión alguna? ¿En la piedad? No, todo esto es ilusión, solo presagio de un dolor mayor que vendrá.
Implorar, es el único gesto humano factible antes de morir.
¿Ver? Si, VER.

TEXTO PUBLICADO EN EL DOSSIER DEL CICLO DEDICADO AL CINEASTA LITUANO SARUNAS BARTAS QUE ORGANIZO EL CINELCUB "LA QUIMERA"

ELECTION 1 Y 2



(E)Lección de cine.

Cuando los planos de una película se combinan como si crearan compases musicales, con melodías, contrapuntos y juegos rítmicos entre las notas. Cuando las tomas se pegan entre si como si fuera un ballet armonioso y bello. Cuando estas notas no desentonan nunca; ninguna sobra, ninguna falta. Cuando nunca se da un paso en falso. Cuando ocurre todo esto en una película, se dice que quien dirige la batuta es un autentico maestro de cine. Johnny To lo es.
En la era en donde ya casi no existen los grandes narradores cinematográficos ni los grandes contadores de historias. Donde la herencia clásica de John Ford, Nicholas Ray, Alfred Hitchcock, Fritz Lang, Howard Hawks parece perdida o, peor aun, aggiornada a los tiempos que corren, se dice que el cine tiende a desaparecer. Solo se nombra a Clint Eastwood como estoico sobreviviente. En Hong Kong, un hombre se cría viendo cine norteamericano y fundamentalmente, lo entiende y sabe crearlo. Este hombre de Hong Kong sabe que la narración, la historia, esta en primer plano, que el autor cinematográfico es el ser esquivo entre las sombras. Y desde allí, silencioso, arma su ballet de planos, su obra maestra.
Nunca será evidente, Howard Hawks nunca lo fue y allí, Rivette lo dijo claramente, residía su genio. Alfred Hitchcock también se escondía en las sombra porque allí estaba su fuerza creadora. Johnny To es el más grande heredero contemporáneo de Hawks y Hitchcock. Ya sea en comedias, dramas románticos, policiales de acción, films de mafiosos, cine fantástico, o westerns (en las dos partes de Election vemos duelos callejeros propios del mejor Sergio Leone). El amigo oriental, diría Wim Wenders.
Nadie en el cine actual mueve la cámara de mejor y más justa forma que Johnny To. El hombre que dignificó a la grúa que lleva la cámara (“dolly”) y le dio estatuto de herramienta fundamental de escritura cinematográfica y de puesta en escena.
En los films, la principal familia mafiosa de Hong Kong elige cada dos años a su presidente y le da su bastón de poder, tal vez el McGuffin más importante del cine moderno. Las triadas se preparan frente a cada elección para la guerra. Y la guerra es siempre una cuestión de política y de sangre. Una cabeza de caballo bajo las sabanas en El padrino 2 es un mensaje político. Un hombre pasado por la picadora de carne y dado a comer a los perros en Election 2 también lo es.

ALEJANDRO COZZA

AGREGO ESTE TEXTO PUBLICADO EN LA REVISTA METROPOLIS DEL CINECLUB MUNICIPAL HUGO DEL CARRIL PARA AMPLIAR EL COMENTARIO SOBRE JOHNNIE TO

CINE Y DERECHOS HUMANOS



(Prestar atención a estos dos fotogramas. El primero es de M y se ve a Nicolás Prividera entrando solo en un espeso follaje. El segundo muestra a Albertina Carri con una peluca rubia caminado en solitario por el sendero. Comparar y analizar)

El derecho a cuestionar a través de la mirada.

Una pregunta interesante para hacernos seria ¿Como entender los derechos humanos a través del cine? Ya que de por sí el cine, en su construcción, es un lenguaje complejo. Como tal, la multiplicidad de lecturas y miradas son variadas.
Al momento de su creación, el cineasta tiene que optar, como lo hace un pintor con su paleta de colores, que matices va a usar y cuales va a dejar afuera. En el cine, como en toda arte, importa tanto lo que se pone delante en evidencia, como lo que queda afuera, oculto al ojo de la cámara. Esto, que a priori, puede entenderse como una mera cuestión estética, no lo es tal. Si no que, fundamentalmente, estas decisiones son políticas, son sociales, son históricas, son económicas, y más aun, son morales. Todo dentro de un plano cinematográfico dando una visión del mundo que tiene el realizador. El celebre director francés Jean Luc Godard dijo que “el travelling -el movimiento de cámara- es una cuestión moral” y con esa frase marco a fuego toda una concepción del cine que entiende al lenguaje audiovisual unido al ser humano en su contingencia como tal y frente al mundo que lo rodea. Los derechos humanos no son ajenos a estas contingencias, y por ende, no son ajenos al cine. Están siempre en el cine que miramos, en el que se nos ofrece y podemos seleccionar, pero también en el que debemos exigir que se nos muestre.
La duración de un plano, la altura de la cámara, los colores, la banda de sonido, la iluminación, etc. son todos recursos formales que nos pueden hablar sobre los derechos humanos. No es solo importante lo que se dice como discurso hablado a través del guión del film o de los actores del mismo, el “mensaje”. Si no en el cómo se lo dice, por medio de las herramientas audiovisuales y los recursos cinematográficos que se disponen.
En el cine argentino una nueva generación de jóvenes directores ha empezado a revisar su pasado histórico, tanto personal como social, y ambos entrelazados. A tratar de ver y comprender como están parados en el mundo de hoy y a relacionarlo con lo ocurrido en la década del ´70, mas precisamente con la dictadura militar, el principal organismo represor y avasallador de derechos humanos que tuvo el país en los últimos años.
No solo es interesante la intención de estos directores de hablar del pasado, discutirlo y darlo a conocer, si no también la estética, la forma usada para acercarse a ese pasado.
Los ejemplos son muchos, pero quiero focalizarme fundamentalmente en dos casos emblemáticos y sobresalientes: “Los rubios” de Albertina Carri y “M” de Nicolás Prividera. Ambos llamados “documentales”, y uso comillas para aclarar que en ambos casos la frontera entre documental y ficción es esquiva.
Albertina y Nicolás son hijos de desaparecidos y ninguno de los dos hicieron un cine complaciente y de denuncia fácil que se podría esperar de ellos como tales. Todo lo contrario al cine que se venia haciendo en torno a estas temáticas.
Albertina Carri busca su historia, se busca a si misma y bucea en su pasado a través de un proceso de (des)construcción. En vez de armar, desarma. Su dirección es siempre contraria y nadando contracorriente hace un anti-documental según los parámetros de la industria. Mezcla registros todo el tiempo y funde ficción con realidad. Hace animaciones con muñecos en donde se ve a un plato volador secuestrar a sus padres. Así llega más lejos que nadie en su búsqueda de verdad. El Instituto de Cine le rechaza su trabajo, ella filma el rechazo y aparece en el film. Le piden que haga un documental “normal”, “común” (palabras peligrosísimas que atentan contra nuestro derecho a la diferencia), lo que se espera de ella como una hija haciendo honor a sus padres combativos. Nunca le darán plata para hacer el “mamarracho” que creen que Albertina hace. La directora obstinada y lucida filma igual el documental que quiere. Su mirada se ramifica en múltiples direcciones con la sagacidad suficiente como para mostrarnos como la unicidad de criterios atenta precisamente contra los derechos humanos y pueden crear formas, ocultas o evidentes, de represión. Con Los rubios se sale con la suya y logra una pequeña revolución. Es uno de los films mas importante de los últimos tiempos y un documental emblemático que marca un antes y un después por las formas utilizadas. Si eso no es ejercer su derecho a crear y a decir sus verdades. ¿¡¿Que son entonces los derecho humanos?!?
El caso de Nicolás Prividera es distinto, pero no menos loable. Él pone la cara y el cuerpo todo el tiempo en escena. Y es un ser tan racional, tan cuestionador, tan inteligente, como cargoso e insoportable para las personas que interroga. Porque Nicolás tiene una arma poderosísima e irreductible en sus manos; la verdad. Y esta dispuesto a usarla hasta las ultimas consecuencias y contra quien se le ponga delante. Sea amigo, enemigo, pariente, o ex-compañero de su madre desaparecida, a quien busca en su recuerdo. Cuestiona todo el tiempo, con palabras soases y justas, con gestos que dan miedo. Nos hace participes y responsables de lo que pasa, pasó y pasara en el país a TODOS. Y maldito, tiene razón. Hoy, cuando nada se cuestiona y todo se da por sabido y aceptado, que en este país alguien como Prividera haya hecho este documental es para ponerse de pie y aplaudirlo largo rato, por más que él, de seguro se indignaría con nosotros por complacientes. No perdona y ejerce su derecho a la verdad como nadie, y sabe que así nadie podrá callarlo. Porque no hay fuerza más poderosa que ella. En el mundo del relativismo absoluto que todo lo disuelve y lo olvida (que no es lo mismo que la multiplicidad de miradas de Carri), Prividera es quien pregunta y nos devuelve a la razón y a nuestras responsabilidades como seres humanos. Si alguien quiere entender los derechos humanos desde el cine, que se acerque a M. Allí no están explicados, allí están dados como un cachetazo a la conciencia, se entienden y comprenden muchos días después, cuando uno ha terminado de sobarse. Luego de esa toma de conciencia, se puede comenzar mejor a ejercerlos y a pedir por ellos.

Alejandro Cozza

TEXTO PUBLICADO EN UNA REVISTA SOBRE DERECHOS HUMANOS

JOHNNIE TO


Maestro To.

En el escritorio de mi computadora tengo pegada una postal/foto que un amigo me regalo del Festival de cine de Rotterdam. En ella se ve a un hombre mayor, oriental él, sentado en una mesa de un bar con una cámara de foto en la mano dispuesto a fotografiar a dos bellas señoritas, blondas ellas -probablemente holandesas-, que conversan entre si afuera del bar sin saber que alguien desde adentro, con una mirada juguetona, esta por fotografiarlas. La cámara de foto de quien tomo esta imagen esta ubicada fuera del bar de frente al hombre oriental con la “otra” cámara, en el medio están las dos rubias separadas por el vidrio de la ventana del bar que se me antoja hace las veces de una pantalla de cine. El fotógrafo que tomó esta imagen desconozco quien es; el oriental sentado en el bar con la otra cámara fotográfica es Johnnie To; las rubias son solo objeto de admiración traviesa de ambos fotógrafos.
Esta imagen me gusta y habla mucho del cine de Johnnie To, por ese motivo la tengo pegada en mi escritorio.
La sonrisa y el aspecto lúdico con la creación de la imagen que transmite esta foto sobre el director, habla mucho de él. Sus imágenes se encuentran suspendidas en un punto intermedio entre la felicidad que transmiten sus formas y el drama, muchas veces trágico, que pueden sufrir sus personajes. El suyo es un cine aéreo, en el sentido que desafía leyes de gravedad y las sitúa en un punto intermedio entre el aire y la tierra, un cine que vuela. No sus personajes en sentido literal, sino las quiméricas emociones que ellos desprenden.
Por ello su plano fundamental es el llamado “plano secuencia” y su forma de filmar es con la cámara arriba de una grúa que la sostiene. Así sus imágenes se despegan del suelo, de toda firmeza, y pueden recorrer libremente todo el espacio de la puesta en escena.

1996: uno de los referentes indiscutidos del cine francés contemporáneo, Olivier Assayas, estrena Irma Vep, un film de ficción con aires de ensayo en donde un director de cine (Jean Pierre Leaud, icono actoral de la nouvelle vague) contrata a una actriz oriental, la inigualable y también icónica Maggie Cheung, para protagonizar la remake de un serial francés, Les vampires de Louis Feudialle. Este film puente entre occidente y oriente reflexiona sobra lo que significa la nueva moda del cine de Hong Kong que empezaba a explotar por esos años. En él, se ven fragmentos de una película anterior de Maggie Cheung (cine dentro de cine), un clásico y muy popular, en su país de origen, wuxia contemporáneo de acción y artes marciales llamado El trío heroico, film dirigido por Johnnie To. Assayas traza así, una línea imaginaria para la nueva cinefilia entre dos mundos (no tan) distintos. Y de paso, occidente queda sorprendido por esas breves imágenes que se ven en pantalla. ¿Quién es ese director? ¿Quién hizo semejante película? ¿Quién se atrevió con esos encuadres estilizados hasta lo imposible? ¿Por qué vuelan de esa manera las actrices en el film?

El cine de Hong Kong hizo escuela y fue furor a fines de los ´80 y comienzos de los ´90, etapa de su descubrimiento por parte de occidente. No solo el de autor (caso Wong Kar Wai) sino sobretodo el de género; ya sea de acción, de artes marciales, policial, comedias, etc. La vitalidad, el desparpajo, y la innovación formal era su carta de presentación. El gran experto surgido en esta etapa fue el famoso John Woo (seguido por los menos conocidos Ringo Lam y Tsui Hark), genio indiscutido del cine policial de acción. Célebres son sus tiroteos coreografiados entre palomas que vuelan por doquier.
Pero un suceso político clave como el traspaso de Hong Kong de ser colonia inglesa a depender políticamente de China produjo una merma en este furor amarillo y la producción de cine decayó. Los viejos referentes fueron chupados y arruinados por Hollywood. Poo suerte, sobreviviría un heredero a la debacle quien surgiría con peso propio creando primero su propia compañía productora (la celebre Milky Way) para poder así tener el control total sobre su obra y hacer lo que se le viniera en ganas, que seria mucho, y muy bueno. El discípulo se calzaba ahora el traje de maestro. Johnnie To seria el encargado y el principal responsable de mantener viva la tradición del cine de Hong Kong y de llevarlo a nuevos puertos.

Johnnie To es un indiscutido amante del cine norteamericano en su vertiente más clásica. Al punto tal que es uno de los pocos que sabe narrar cinematográficamente siguiendo el modelo de los directores tradicionales americanos, o incluso, siguiendo los pasos del director más occidentalizado de los orientales, como lo es Akira Kurosawa. Esto se hace evidente en casi todas sus películas que están plagadas de referencias a clásicos concretos de la cinematografía occidental. Desde La pandilla salvaje de Sam Peckimpah en Exiliados (su adoración por este director y film en particular es clave en toda su filmografía); de los spaghetti westerns de Sergio Leone en Election (además de tomar elementos de los films gangsteriles de Coppola y Scorsese); de La Dama de Shangai de Orson Welles en Mad Detective; llegando así al sumum de la referencialidad y la intertextualidad en esa joya cinematográfica filmada con la velocidad puesta en quinta que es Fulltime Killler, recopilación de un sinnúmero de filmes de acción que van desde Point Break a El mariachi, pasando por El Perfecto Asesino, Perros de la Calle y un largo etc.; y no se puede dejar de lado a la figura de Alain Delon encarnando a El Samurai de Jean Peirre Melville, como un referente obligado en la construcción de todos sus personajes masculinos, todos héroes solitarios, ya sean policías, asesinos a sueldo o miembro mafiosos de las triadas.
Esto trasforma a Johnnie To en un gran director clásico en sus formas narrativas, pero netamente posmoderno en su erudición citatoria.

Es un problema (sobretodo porque limita su popularidad y el mejor conocimiento de su obra) que se lo asocie tanto a Johnnie To al género de acción. No vamos a negar que son fundamentales sus obras dentro de esta índole (además de los filmes ya mencionados, son excelentes también P.T.U., Throw Down, Running Out of Time y Breaking News) y es donde probablemente haya dados su filmes mas comerciales. Pero por culpa de una mala distribución que nos ha negado la posibilidad de ver otros filmes no menos espectaculares del director, nos genera un equivoco que es necesario subsanar: Johnnie To es un maestro también de la comedia, e incluso del melodrama romántico. Needing You y Turn Left Turn Right probablemente sean dos obras geniales del amor romántico filmados en clave de comedia ligera, en cuanto a las muy divertidas situaciones de enredos que se generan entre sus personajes y el carácter genuinamente emotivo que ellos destilan. Nuevamente, lo llamativo del caso es que son comedias resueltas sobre grúas “Dollys”. ¡Johnnie To sitúa la cámara arriba de una Dolly hasta para filmar un plano detalle! Y de esa manera le da mayor sentido narrativo hasta la más minima toma. Algo que ningún director haría jamás. A nadie se le ocurriría hacer una comedia filmando casi todo sobre una grúa y resolver la panificación de esa forma. Así la fluidez narrativa alcanzada y el vuelo que toma el argumento es inusitado. Logrando comedias que son complejos mecanismos de relojería; precisos y abstractos al mismo tiempo. Tal vez sea Ayer Otra Vez (un digno film en la tradición de Atrapa al ladrón, aquella ligera y encantadora obra maestra de Hitchcock) el film que une ambas corrientes del director; acción y comedia. Resultando un film burbujeante como el champagne, exquisito y juguetón.

Este año es el del desembarco definitivo de Johnnie To en nuestro país con la edición de DVD de su film Exiliados (gran pena da, no poder ver esta gran película en salas cinematográficas) que se suma a las ya editadas el año pasado Fulltime Killer y Ayer Otra Vez, y la llegada (si a las salas de cine por más que sean DVD´s ampliados) de Election 1 y 2. Ojala el público acompañe estos lanzamientos y podamos permitir así ver nuevos filmes de To por estos lados, que para colmo es un director muy prolífico que filma entre dos y tres películas por año, todas prácticamente perfectas. Es un maestro de cine ya consagrado en muchos lados, pero que por aquí tenemos que descubrir todavía.

Alejandro Cozza

EL SABOR DE LA NOCHE


EL SABOR DE LA NOCHE de Wong Kar Wai

Dos bares. Una carretera, una mujer. Un casino, un hombre. Dos pares de amantes.
La distancia insondable entre dos personas en donde los diálogos son siempre formas de rodeo en torno a los cuerpos a los que no se puede entrar.
Bares… no-lugares donde el amor no-se encuentra. Pero donde las emociones estallan por los costados (las huidas, las dispersiones) y de frente (un choque de auto), de cara a la imposibilidad de la comunión.
Temáticas afines a un director que entiende el estado latente de los sentimientos amorosos en sus manifestaciones azarosas y peligrosas cuando la imposibilidad es la regla. Wong Kar Wai puede estar en Hong Kong, su patria cinematográfica originaria (aunque él nació en Shangai), puede acompañar a sus amantes hasta Buenos Aires (como en Happy Together), o puede directamente situar toda la acción y cambiar de idioma como en El sabor de la noche, y ser los Estados Unidos el nuevo refugio para sus imágenes, pero siempre la química inaprensible y esquiva entre los amantes será su territorio.
El cambio de lugar era tema de preocupación previa para los incondicionales del director (típica frase tribunera: “se yanquilizó”) ¿Su mundo de imágenes se sostendría en este nuevo contexto? Pregunta un tanto inconducente teniendo en cuenta que Wong Kar Wai es tal vez el director posmoderno por excelencia. De esos que se dedican a borrar fronteras y hacer universales, para bien o para mal, sus inquietudes formales.
Tomando como antecedente inmediato a Wim Wenders, cuando se aleja de su Alemania natal y toma también las rutas de la América profunda en 1984 con Paris Texas, filmando también la imposibilidad del amor. Las similitudes entre los filmes son muchas. Desde la música conducida por el eximio guitarrista Ry Cooder en ambas películas acompañando la misma visión sobre la Norteamérica mítica, una que probablemente ya no exista, o probablemente nunca existió y solo pertenezca al imaginario cinematográfico. Pero como buenos bucaneros es esa, y no otra, la America/Tesoro que van a buscar tanto Wenders como Wong; recorriendo sus caminos, deteniéndose en sus bares y escarbando en sus seres olvidados, marginados. El parecido físico del personaje mas outsider de El sabor de la noche, David Strathairn, con el Harry Dean Stanton de Paris, Texas es como menos curioso y colabora en mucho al trazado de analogías.
Solo que Wong Kar Wai se aleja de la grandilocuencia pretenciosa de Wenders (que se hizo patente en su otro film mas reciente sobre Norteamérica, Land of Plenty) para hacer un film más pequeño, más cercano a un ensayo, o a un ejercicio de formas. Si uno viene con el antecedente de las obras maestras previas del director (Days of Being Wild, Chunking Express, Fallen Angels, Con Animo de Amar) puede sentirse decepcionado por la propuesta y despotricar contra el director (algo que ha ocurrido en muchos sectores de la critica cuando el film fue estrenado en el festival de Cannes del año pasado), pero no se puede dejar de reconocer que incluso un film menor de Wong Kar Wai es infinitamente superior a la mayoría de las películas que podamos ver estrenadas este año.
Ya que su titulo “argentino” menciona al sabor, la exquisitez visual esta asegurada (por mas que en la fotografía no este ya su ladero habitual, el grandísimo Christopher Doyle), la elegancia formal también. El genial barroquismo de la puesta en escena aleja toda pretensión de teatralidad que podrían temer sus escenas (la mayoría transcurren en únicos escenarios, los consabidos bares, durante largos minutos).
Para Wong vendría a ser un film de cámara, en el sentido musical del término, aunque si bien ninguno de sus filmes anteriores se alejan de esta definición. Siempre existe en ellos un papel predominante a la música popular en cualquiera de sus manifestaciones. ¿Cómo olvidar el clásico “California Somnolienta” o “Linger” de los Cranberries en Chunking Express, o a Nat King Cole en Con animo de amar?.
Aquí el soundtrack es también exquisito bajo la cuidada selección del ya nombrado Ry Cooder. La propia Norah Jones, protagonista principal, aporta un tema en exclusiva a la película. Pero sobresale por categoría y clase la sorprendente Cat Power (que además tiene un breve papel como ex-novia de Jude Law) con su tema “The Greatest”, canción del disco homónimo que el director escuchaba obsesivamente mientras planeaba la película.
Se dijo siempre que el guión era el de un cortometraje, y eso se nota. Tal vez sea su lado discutible. Las acciones están alargadas, por momentos, innecesariamente y si sacáramos las estilizadas ralentizaciones habituales del director probablemente el film duraría mucho menos y ganaría en concisión y precisión.
El film se divide claramente en dos bloques siendo Norah Jones el hilo conductual de ambas secciones. Aunque en la primera parte, que transcurre en Memphis, ella es mera observadora de la tragedia amorosa de los personajes de David Strathairn y Rachel Weisz. Ya en la segunda mitad, por lejos la más interesante, su rostro adquiere el rol predominante saliendo airosa de su primera actuación cinematográfica.
Aquí, cuando se cambia de escenario y Las Vegas pasa a ser la ciudad, es donde la cámara se libera del encierro y adopta formas mas libres, sale a tomar aire y como espectadores sentimos la brisa fresca en la cara. Además, esta segunda parte, tiene un factor desequilibrante que se llama Natalie Portman. Usar a la Portman en un film, filmarla, por desigual que pueda ser este film, significa que en sus escenas la imagen se ve transportada a un mundo de ensueño. Es una de las presencias actorales mas fuertes y bellas que existen en el cine actual, y su rostro enamora a la cámara. Cuando junto a Norah Jones huyen de La Vegas en auto, uno desearía estar en el asiento trasero, observándolas, siguiéndolas. Unas Thelma y Louise menos rebeldes y más líricas, preocupadas por si hay que confiar o no en el género humano y en el amor.
Es notoria la inversión genérica que realiza Wong Kar Wai en donde rompiendo estereotipos, los hombres son los seres pasivos, los que esperan, los que están quietos, hombres-bares. Mientras que ellas, son las activas, las que buscan, las que andan, las que se adentran en nuevos territorios, mujeres-coches. Gran reverso cultural. Porque si bien amar puede ser un asunto de espera, de confianza y de dejarse caer, también es paradójicamente una cuestión de búsqueda de libertad.

lunes, 2 de junio de 2008

HISTORIA(S) DEL CINE DE GODARD


Historia(s) Del Cine (1988-1998) de Jean Luc Godard.
Para adentrarse en un film de Godard hoy, y mas precisamente en sus Historia(s) del cine, hay que partir con algunas consideraciones previas. La primera y principal, que es muy probable que uno se quede afuera de buena parte de lo que el director muestra y dice, no entendiendo lo que pasa delante de sus ojos. Una sensación de disminución intelectual que sufre el espectador desde los primeros minutos. De no estar a la altura. Esto, que a priori puede sonar decepcionante y perjudicial para el ego del espectador es, a viceversa, algo muy positivo para empezar a ver su cine. Esta aceptación del no-entender es base para poder adentrarse en su cine. Godard así lo quiere, y así lo provoca. Pasado ese malestar inicial, y despreocupándonos de nuestro ego, podemos empezar a relajarnos y ver sus imágenes, comprender su propuesta. Ahí, es cuando todo se aclara. Y la disminución del saber intelectual empieza a trasformarse en gozo audiovisual y sensorial en donde todo cobra sentido, solo que en otro orden al habitual. Algo similar a lo que ocurre con el cine de David Lynch. No por nada, tanto el francés como el norteamericano son los emblemas mas grandes de la modernidad y en sus manos esta el camino, y el hacer, del futuro del cine.
¿Y que son, o que es, las Historia(s) del cine?
Un collage abigarrado, lucido, confuso, revelador, genial, complejo, bello, totalizador, fascinante, abrumador, inteligente, lúdico, conceptual, y todos los adjetivos que se nos ocurran agregar, incluso los que sean contradictorios entre si. Así de simple. Quitándonos de encima el peso de la adjetivación recurriendo a buena parte de los adjetivos laudatorios que podamos tener a mano, se puede hablar mejor de su obra.
Es un ensayo, pero al mismo tiempo una ficción, un documental, es la historia contada de la realidad desde la subjetividad (el cine como mirada personal, a la vez colectiva) de los hechos ocurridos. Suena contradictorio? No lo es y si lo es. Es Jean Luc Godard.
En ocho partes el realizador disecciona A SU MANERA, la historia del cine fundiéndola con la historia del siglo XX, reescribiéndola y reinterpretándola a 24 cuadros por segundo. Dice en el film: “al alba del siglo veinte las técnicas decidieron reproducir la vida entonces se inventó la fotografía y el cine”
Las conexiones que Godard establece entre imagen sonido, audio, texto, palabra escrita y palabra hablada, imagen escrita e imagen mostrada nos trasladan a un nuevo mundo de resignificaciones. Así cobran distintos sentidos ideas que va desgranando, tales como:”El cine, como el cristianismo, no se funda en una verdad histórica, nos da un relato, una historia, y nos dice ahora: cree”; “Alfred Hitchcok logro allí donde fracasaron Alejandro, Julio Cesar, Napoleón, tomar el control del universo”; Solo el cine vio que si cada uno hace su tarea las masas se organizan solas siguiendo un irreprochable equilibrio que la luz cae donde debe y soslaya lo necesario porque es útil que ilumine un punto de la escena y porque la sombra puede reinar sobre el resto”.
El cine tiene un poco mas de cien años, y nadie mejor que Godard para explicarlo y hacernos ver su sentido en la historia del siglo pasado; del cine como política; del cine como arte; del cine como sociedad; del cine como filosofía; del cine como química emocional en nuestro cerebro; del cine como industria; del cine como herramienta ideológica de dominación; del cine como poema; del cine como la forma de mirar y plant(e)arse frente al horror (Auschwitz) del mundo.
Nunca didáctico, siempre dialéctico, nunca enciclopedista, siempre abarcador. No da cátedra, muestra el objeto de estudio abierto. Es la rana diseccionada en sus vísceras, no para explicarla y entender el funcionamiento de su organismo, sino puesta arriba de la mesa para que solo la toqueteemos y veamos/descubramos, fascinándonos o asqueándonos, como es su interior.
Es una de las obras cinematográficas mas importante de los últimos años, un resumen de la historia del cine al mismo tiempo que una obra cumbre dentro de la misma.

domingo, 27 de abril de 2008

SIN LUGAR PARA LOS DEBILES


Tiempos Violentos.

Un fantasma, una sombra asesina, asola imparable e implacable los sueños de los justos, y de los no tan justos. Nadie escapa al alcance del mal. Es la tesis que proponen los terribles hermanitos Joel y Ethan Coen en su última película, “Sin lugar para los débiles”. Y si ese fantasma tiene un peinado tan horrible como el que luce Javier Bardem en el film, les aseguro que se instalara en sus pesadillas para no irse jamás. Tal vez desde Hanníbal Lecter que el cine norteamericano no presentaba a un asesino tan temible como Antón Chigurh. Cargado con un tanque de oxigeno que conectado a su pistola ayuda a que sus balas tengan una potencia mucho mayor, va recorriendo la carretera persiguiendo a un pobre ventajista que le roba una maleta llena de dinero.
No es la primera vez que los Coen realizan un retrato similar, ya las excepcionales “Simplemente Sangre”, “Fargo” y “El hombre que nunca estuvo” compartían tono y temática con este film. Pero nunca habían ido tan lejos y habían sido tan lapidarios. Ya casi no hay resquicio en el film para el humor negro tan corrosivo y característico de ellos, salvo, ay, en ese peluquín de Bardem/Chigurh. Y la gran noticia, es que estos hermanos que siempre se consideraron independientes y que desde su pequeño rincón de la industria cinematográfica tenían la libertad para mostrar las falencias del sistema como quisieran (porque llegaban a poca gente y en el fondo, no molestaban a nadie), de repente ganan el Oscar y son catapultados a audiencias mayores y a un lugar dentro de la industria que nunca habían tenido antes. Y lo bueno, que lo lograron sin resignar un ápice de su independencia y con su film inclusive, mas arriesgado y oscuro que sus anteriores, con una narrativa muy poco convencional y a contramano del uso y gusto de Hollywood.
Lo que tal vez sea un síntoma de los tiempos que corren, porque el cine norteamericano como pocas veces ha ocurrido antes (tal vez la convulsionada década del ´70 con Vietnam como telón de fondo pueda compararse con esta etapa), esta mostrando un vacío moral y una ambigüedad ética que es solo reflejo de una sociedad fragmentada, violenta, sin esperanzas, pérdida por las ansias de poder económico. En donde el fin, el capital, justifica las conductas mas ruines del ser humano. En la línea del reciente film de los Coen podemos agrupar a un numeroso grupo de películas recientes y a realizadores muy críticos hacia el presente y hacia el pasado de su país, que comparten este pesimismo social trasladado a conductas individuales. La excelente también “Petróleo Sangriento” de Paul Thomas Anderson en donde “oro negro” y “religión” forman un cóctel mortal; “Antes que el diablo sepa que estas muerto” del veterano “francotirador” Sydney Lumet; “Dueños de la noche” de James Gray; “Desapareció una noche” de Ben Affleck; todos films que muestran a la ambición como un cáncer que carcome la entraña misma de la familia norteamericana, la base fundamental y sostén espiritual del “american way of life”. Y tampoco puedo dejar de mencionar, por mas que la acción ocurra en Londres y sea filmada por un canadiense, a “Promesas del este”, nueva obra maestra del gran David Cronemberg, que entra en perfecta sintonía con los films mencionados y con la película anterior que el propio realizador ambientó en los EE.UU. “Una historia violenta”, y que funciona ahora como una especie de preludio de los tiempos que vendrían en el cine. Lugares en donde la dualidad moral entre bien/mal solo conduce a una espiral descendente hacia las llamas del peor infierno.


(ESTA NOTA HA SIDO TAMBIEN PUBLICADA PREVIAMENTE EN LA REVISTA "DADA" DEL MES DE ABRIL DEL CORRIENTE AÑO)

domingo, 6 de abril de 2008

JOHN CASSAVETES EN CINEFILOS BAR!!!


El martes 8 de abril larga en Cordoba el ciclo dedicado al genial, imprescindible, ultraindependiente John Cassavetes. Para quien esto escribe, uno (sino el mas) de los cineastas mas importantes e influyentes de todos los tiempos. Absolutamente toda la historia del cine independiente mundial (no solo el norteamericano) estara en deuda eterna con el cineasta neoyorkino. Sus peliculas, sin embargo, son muy dificiles de ver y conseguir por lo que no se pierdan la oportunidad de disfrutar y apreciar este verdadero evento cinematografico.
La primera proyeccion de este martes 8, sera la de su primer film "Shadows" ("Sombras").
La cita es en Cinefilos Bar (Bv. San Juan 1020) todos los martes de abril y mayo a partir de las 20 hs.
Al finalizar las proyecciones de las peliculas se realizara una charla y posterior debate a cargo de quien esto escribe.
Por la programacion completa chequeen el flyer que pego arriba.
IMPERDIBLE!!!!!!
(JE, y no se crean que lo digo porque yo lo presnto eh)

jueves, 3 de abril de 2008

BETTE DAVIS EN EL CINECLUB "PASION DE LOS FUERTES"


A partir de este sabado 5 de abril largamos con un cineclub nuevo en Cordoba. Se llamara "Pasion de los fuertes" en honor al celebre film de John Ford con Henry Fonda y funcionara el la biblioteca del CineClub Municipal Hugo del Carril. La idea es proyectar y organizar ciclos dedicados al cine clasico norteamericano y mundial. La cita es entonces el sabado a partir de las 19 hs. en la biblioteca "Los 39 escalones" de Bv. San Juan 49 y la presentacion de las peliculas correra por cuenta de quien les escribe. Para mas informacion, la pagina del cineclub www.cineclubmunicipal.org.ar.
El primer ciclo que hemos organizado con la gente del cineclub estara dedicado a la gran Bette Davis ya que el 5 de abril justamente se cumplen 100 años de su nacimiento. En su honor el primer mes hemos programado cuatro de sus mas celebres peliculas. El sabado largamos con la proyeccion de "Que pasa con Baby Jane?", la obra maestra de Robert Aldrich en donde la Davis junto con Joan Crawford realizan un tour de force actoral increible.
El sabado que viene sera el turno de "La malvada", el celebre film de Joseph L. Mankiewiczs tantas veces homenajeado (Almodovar en "Todo sobre mi madre" para emepzar) y "copiado". Mientras que los sabados 19 y 26 de abril pasaremos dos de los films que la actriz realizo juanto con el indispensable William Wyler; "La Carta" y "La loba".
Esta hecha la invitacion. Quien acaso osaria dejar plantada a una mujer con ese caracter, y con semejante mirada eh?!?!?!

IMPERIO


Nuestros sueños y pesadillas tienen quien los filme!
Este fin de año, la alicaída cartelera cordobesa se vio fortalecida por la llegada de un “ovni” cinematográfico dirigido por “el James Stewart de Marte” como se lo supo llamar en un momento a David Lynch. El estreno fugaz, pero estreno al fin, de su ultimo opus Inland Empire (Imperio para nosotros) nos hizo creer de nuevo que existen aún posibilidades de enfrentarse con filmes que nos deslumbren, nos sorprendan, estimulen nuestra inteligencia y nos provoquen, llegando al caso de producirnos malestares fiscos que nos acompañan a la salida de la proyección tales como; conmociones cerebrales, mareos varios y dolores estomacales. Que una película sea capaz de provocar semejantes reacciones en la platea es motivo de alegría de todo amante de cine y una demostración que el séptimo, es una arte vivo todavía.
David Lynch es el hombre que desafía toda lógica narrativa y estética que podamos poseer para llevarnos a su propio mundo de pesadillas y alucinaciones. Esto en si, no es del todo novedosa, ya que Lynch no es le primer cineasta que se mueve como pez en el agua por los sueños humanos (de Bergman a Fellini, de Buñuel a Kurosawa, el cine clásico y moderno tuvo muchos directores oníricos, así como en la actualidad podemos encontrar a Michel Gondry por ejemplo o al increíble checo Jan Svanmajer), pero lo verdaderamente sorprendente en Lynch es que una vez que entramos en su mundo, los caminos son accesiblemente complejos, nunca nos perdemos en su laberinto. Es un maestro de ceremonias que sabe conducir al espectador por un mundo irracional sin soltarle nunca la mano en su fábrica de fantasías como un Willy Wonka pasado de ácidos y con muchas noches sin dormir. Y el encanto de su mundo es tal, que por más que uno como espectador no entienda del todo lo que “nos quiso decir”, la experiencia nos deja fascinados y extasiados pidiendo más, no queriendo abandonar nunca la fabrica de espeluznantes maravillas del rey David.
Con Imperio, Lynch confirma que es el más grande narrador de lo irracional, ya que para él, el máximo caos es solo otro orden mejor al que conocemos habitualmente.
Y si hablamos de caos y nos damos una vuelta por la otra parte del globo terráqueo, encontramos a otro gran maestro del desconcierto y la confusión en sus formas mas (des)ordenadas y (des)encantadas. Yendo de occidente a oriente nos topamos con el “primo” desaforado y “zarpadito” (valga aquí el adjetivo) de David Lynch. Takashi Miike su nombre y conocer sus (muchas) películas es volverse un adicto total a su cine. Realidad y sueños se funden y confunden todo el tiempo en pantalla y la perdida de la noción total de todo esquema racional es el premio que recibimos por adentrarnos a sus múltiples mundos. Miike filma mucho, de tres a cuatro films por año, y todos distintos, todos fascinantes. En todos mezcla agua con aceite permanentemente y las mezclas le saben siempre deliciosas. Aunque a veces cuando este director esta pasado de vuelta, y cuando les digo que un director japonés esta pasado de vuelta eso significa que nunca van a ver algo tan extremo, estas mezclas pueden llegar a precisar de una hepatalgina cerebral luego del visionado de joyas como Visitor Q, Ichi the killer, Izo o Audition. Miike puede ir del policial hiperkinético y ultraviolento de la saga Dead or Alive, al film infantil con La gran guerra Yokai; del muy alegre musical negro con escenas animadas con plastilina en La felicidad de los Katakuris, a la calma poética e introspectiva de The bird people in China; de la parodia a la Godzila cruzada con los marcianitos de Tim Burton en Zebraman, con el terror mas extremo y repugnante de Imprint. Conocer las obras de Miike y Lynch significa ampliar en varias pulgadas nuestra capacidad de asombro y enriquecer sobradamente nuestra experiencia audiovisual.

(ESTA NOTA FUR PUBLICADA ANTERIORMENTE EN LA REVISTA DADA DE DICIEMBRE DEL AÑO PASADO)