jueves, 24 de mayo de 2007

FUNNY HA HA


Después de salir del complejo multisala aturdido por la descarga intermitente de estímulos que provee Sunshine. El sonido es estremecedor y la iluminación (símil solar) enceguece más de una vez. Que mejor antídoto que ir al cineclub municipal a ver una película independiente!. Y si esa película es Funny Ha Ha de Andrew Bujalski, bueno, el contrapunto esta asegurado, mas independiente imposible, ya que el film es tan extremo en su simpleza que sirve como contrapunto a casi cualquier película que podamos imaginar o con la que lo queramos comparar. Cuando la recomendaba a otras personas me preguntaron si era como las películas de Ezequiel Acuña y no pude evitar pensar que hasta Como un avión estrellado parece una superproducción comparada con esta.
Que felicidad cinéfila proporciona Funny Ha Ha! Que regocijo saber que hay en las salas de Cordoba (al menos el fin de semana pasado) dos propuestas tan opuestas y ambas tan estimulantes como Sunshine y el film de Bujalski. Hollywood vs. Cine independiente. Pero no lo bueno contra lo malo. Cada uno con todo lo bueno de sus propuestas. Y el de Bujalski justamente viene a sanar mi otra pata de la desilusión cinematográfica, la que me produce justamente el espantoso cine
pseudo-independiente que se produce en los últimos tiempos (estuve viendo muchas películas de Larry Clark últimamente, entiendan de ahí mi desencanto hacia el cine y hacia la raza humana que el imberbe de Larry Clark transmite). Películas tan o mas calculadas que las producciones de estudio, y con menos riesgo artístico que Bañeros 3 de Disi y Franchella.
Por suerte todos lo vicios del reciente cine indie yanqui en Funny Ha Ha no se producen y es todo lo contrario a los retratos juveniles cargados de moralina de Larry Clark y directores similares. El film tiene una gracia increíble. Es verdad que mucho de esto se debe a la encantadora Kate Dollenmayer, Marnie en la ficcion, protagonista absoluta y omnipresente de casi todo el metraje del film (lo reconozco, salí del cine enamorado de esa Marnie). Ella y los otros personajes del film son tan, pero tan comunes, y su forma de expresión tan austera que la única contracara que pueden ofrecer es de una complejidad tan grande que uno prácticamente adivina colándose entre los huecos de su personalidad de forma tan evidente como lo es la timidez que tienen a la hora de expresarla. Cine de adolescentes hecho por un adolescente que transmite todo lo bueno y lo malo y a todo a lo que esa torturada palabra (“adolescencia”) remite. Pero lo hace sin juzgar absolutamente nada nunca. Lo que lo posiciona enseguida como un cineasta enorme. Lo que se dice habitualmente, que Bujalski recuerda al primer Linklater (lo que es una muy buena noticia) y que hasta resulta, sin sonar exagerado, una muy esperanzadora cruza entre Eric Rohmer y John Cassavetes (lo que es mucho decir). Bujalski tiene una segunda película en sus manos que ojala pronto se estrene por estos lados, Mutual apreciation. La esperamos con los brazos abiertos. El cine norteamericano indie lo necesita, y mucho.

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