Recuerdan de hace un par de años atrás, al dúo protagónico de esa maravillosa comedia de zombies que con el tiempo se convirtió en un film culto, llamada “Shaun of dead”, acá horriblemente retitulada “Muertos de risa”? (no, nada que ver con la de Alex De La Iglesia)
Se acuerdan del rubio bastante “looser” que quiere salvar a su novia de una horda de zombies que han atacado al Reino Unido acompañado por su mejor amigo, un gordito simpático pero de una inutilidad tan grande como lo es su adicción a los pubs ingleses?.
Bueno, Simon Pegg y Nick Frost (los nombres de los actores) estan de vuelta y dirigidos por el mismo director de Shaun of Dead, lo que es un GRAN NOTICIA!
Y lo es porque el resultado de esta nueva película no solo no ha perdido un ápice de gracia de la anterior, sino que hasta se superan en disparates, escenas alocadas y mezclas genéricas que hacen de Hot Fuzz una verdadera sorpresa. Uno de los mayores disfrutes cinematográficos del año!!!.
Que bueno darnos cuenta que Shaun of dead no fue fruto de la casualidad sino que de las cabezas de Simon Pegg y Edgard Wright (ambos guionistas del film además de actor/director) pueden salir grandes películas.
Cuanto necesitaba el anquilosado cine ingles a este equipo cómico! Capaz de demostrarnos como lo hicieron años atrás los miticos Monthy Phyton que el humor es cosa seria y que con gracia, ritmo e inteligencia se pueden lograr visiones mucho más personales y criticas al “ser social” inglés que el habitual cine “realista” serio y comprometido socialmente que tan asiduamente se cocina en las islas británicas.
Con dos películas Pegg y Wright demuestran que pueden ser tan “autores” como Greenaway y tan o mas críticos que Ken Loach, Mike Leigh o Stephen Frears. Y además ser increíblemente entretenidos, mezclando Agatha Christie con el cine de accion a lo John Woo, a Harry el Sucio con Claude Chabrol. Y a los Monthy Pitón ya citados con el cine de su principal héroe y referente, el gran George A. Romero.
Uno de los mayores meritos del film es animarse al parricidio (no contare al padre de quien hay que matar en el film pero…), entendido en sentido figurado obviamente, dentro de la ficción, pero entendiéndolo también como una arenga a un nuevo cine ingles que se desprenda de sus vacas sagradas de una vez por todas, “padres” como los nombrados Loach, Leigh, Frears, Greenaway y podemos sumar también a James Ivory y Jim Sheridan.
Se necesita de mas películas como esta para que el cine inglés (y porque no mundial) vuelva a respirar.
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