INGMAR BERGMAN

Hoy es un día muy feo para el cine. Hoy se fue uno de los últimos gigantes que quedaban con vida. Ya no habrá nuevas películas de Ingmar Bergman, y eso es triste.
No me gusta escribir necronologicas. Y sí recomendar películas, sus películas, varias de ellas me cambiaron la vida, suena exagerado, pero creo que con algunas películas de Bergman, esa afirmación es cierta. Creo que me hice cinéfilo, amante perdido del cine, después de ver a los 15 años Sonata otoñal, ese magnifico tour de force actoral entre Ingrid Bergman y Liv Ullman, interpretando a madre e hija en un film con una intensidad emocional tan grande que a mi corta edad me poseyó de una forma tan hipnótica que creo que nunca olvidare esas imágenes. Además de que en ese film recuerdo las imágenes mas aterradoras que haya visto en mi vida, supe lo que es le terror gracias a ese film de Bergman y a la hermana discapacitada de la Ullman, que mientras ella pelea con su madre, en el piso de arriba, aúlla y grita sin que nadie le preste atención. Y esos aullidos significaron para mi el terror máximo que recibí cono espectador cinematográfico. Y de ahí en adelante, creo que el cine se me metió en la carne para nunca más dejarme. No es la única película de Bergman que amo. He visto varias veces Fanny & Alexander, y es una cumbre máxima, el mejor resumen de toda su carrera. Pero bueno, hay muchas otras películas del maestro, hay que ver, de forma indispensable; Noches de Circo, La fuente de la doncella, Cara a Cara, Persona, El silencio, Gritos y susurros, El séptimo sello, Un verano con Mónica, Fresas Salvajes, El huevo de la serpiente, etc. Todas obras maestras. Incluso es una obra maestra Saraband, la última, ese epitafio continuando Escenas de la vida conyugal (también genial). No hay otra forma de recordarlo mas que ver sus películas y recomendarlas, pienso sobre todo, a los adolescentes, que como yo a los 15 años, pueden quedar prendido a la magia del cine a través de sus películas. Esa linterna mágica, que es el cine.